De un tiempo a esta parte las bebidas de té se han popularizado. Hace años solo teníamos a Nestea, luego llegó Lipton y ya muchas marcas blancas se lanzaron a comercializar las suyas, luego llegaron las riquísimas Arizona y prácticamente ya se han vuelto un refresco popular, las hay de muchos sabores, zero, sin azúcar.... pero en muchas de ellas es realmente complicado saber que estás bebiendo, sobre todo por el sabor.
Hace unos días mi chica me sorprendió con una bebida cuanto menos peculiar: se trataba de una botella muy bonita, por lo menos para mi gusto, cuyo tapón al girarse, dejaba caer té matcha en el agua que contenía la botella, este té venía en su estado natural, hojas y en polvo, como el que ponen en algunos postres japoneses como las trufas de té verde.
La idea cuanto menos es original y, desde luego, se trata de la bebida más sana de té verde que he probado nunca, sin tener en cuenta las que me hago yo en mi casa, pero le falta algo. Se podría decir que es demasiado sosa y pagar más de dos euros por algo que tu te puedes hacer en casa y a tu gusto me parece desproporcionado.
No obstante me gusta encontrar conceptos diferentes, sobre todo en el envase y que abogan por bebidas menos "químicas" y más sanas.